A veces ser madre es un trabajo muy muy muy duro y a la vez tan gratificante. Por insignificante que parezca cada uno de los pasos que mis pequeñas dan para mi es una gran satisfacción, un sentimiento enorme, es lo que sentimos los padres, cuando nos sale la sonrisilla de orgullo...y eso lo logran con un pequeño detalle y que antes de ser padres ni siquiera repararíamos en ello, nos haría gracia y punto.
Que tú hija haga un dibujo para tí, que tú pequeña te prepare un café en su cocinita, pequeñas cosas que nos alegran el día, sí señores me conformo con eso con disfrutar cada día de esta gran aventura la de ser madre, de no perderme detalle, de estar presente en su día a día, de como aprenden y como evolucionan...
Mi mayor con solo 4 años ya conoce todas las letras y empieza a leer con sílabas, estoy orgullosa de ver como se interesa por los cuentos, cuando me dice mamá hay pone eso o lleva la letra de tal, ver su evolución en todos los aspectos y como crece como persona.
Saber que se tendrán la una a la otra y espero que sigan siendo uña y carne y que compartan la vida eso es la VIDA en general. Cada día estoy más contenta de que tener dos hijas, dos hijas maravillosas que hacen que mi día a día sea mejor.
Espero a ver transmitido lo feliz que me siento, lo feliz que me hacen sentir y no solo cuando están durmiendo jijiji...
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